miércoles, 19 de junio de 2013

LAS CARAS DE LA VIOLENCIA Y LA CULTURA DE PAZ

La violencia tiene muchas caras, pero es la misma moneda. Tiene la cara que se manifiesta en la intimidad de la familia y de las parejas, tiene la cara de la riña, del asalto, el robo, su explosión en las protestas, tiene la cara del abuso policial.
La violencia tiene la cara de la persona mayor abandonada, del niño especial rechazado en su comunidad, del enfermo mental estigmatizado; tiene la cara de la pobreza, tiene la cara de desempleo, tiene la cara de la exclusión. La violencia tiene la cara de la corrupción, de la usura, de la especulación, del enriquecimiento fácil.
La violencia niega la persona, la aniquila, no deja espacio a opciones, quita la libertad, quita las posibilidades de la esperanza.
Un asalto, un asesinato, un hombre mata a su pareja, hay muertos y heridos en una huelga: Indignación pública, reunión de autoridades, acuerdos, pactos…compromisos…. Arena que se escurre entre los dedos de las manos!
Tras una mujer asesinada por su compañero, tras un joven acribillado en un asalto o una huelga, tras una protesta violenta preguntémonos ¿que hemos estado haciendo?
La única manera de enfrentar la violencia es cultivar la paz. La paz se cultiva desde donde nos encontremos: la familia, la comunidad, el puesto público por el cual hemos sido elegidos, el aula de la escuela donde enseñamos y aprendemos, los negocios que emprendemos, el trabajo de cada día. Construir la paz quiere decir promover la educación y los valores, el desarrollo económico y social sostenible, el respeto de todos los derechos humanos, la igualdad entre mujeres y hombres, la participación democrática. Personas, familias, grupos sociales, autoridades: comprometámonos todos a cultivar la paz rechazando siempre la violencia, liberando la generosidad, escuchando para comprender, reinventando cada día la solidaridad. Construyamos la paz con programas de animación juvenil, de atención a las personas mayores, de promoción de la cultura, de atención a las personas con discapacidad, de educación a nuestros niños y niñas, de acompañamiento a quien ha sido víctima de violencia e injusticia, de generación de empleo…… Construyamos la paz con las piedras solidas de un compromiso y un trabajo de transformación social y no con la arena de las palabras que se desliza entre nuestras manos.

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