Las Hermanas Mirabal, asesinadas por la dictadura trujillista en 1960, han trascendido en la historia y se han transformado en un símbolo de resistencia contra la barbarie de la dictadura, en símbolo de lucha para transformar una cultura autoritaria que ejerce permanentemente violencia contra la mujer.
Conmemorar este 50 aniversario, no se queda ya en un compartir recuerdos, en realizar análisis históricos, en puntualizar los hechos. Como símbolo las Hermanas Mirabal nos permiten compartir un sentimiento y un compromiso común de condena a la violencia, una visión de una sociedad más justa y equitativa, el rechazo a una cultura de la muerte que no solo pretende mantener a la mujer en un rol de dependencia si no que condena al rechazo todo aquello que no esté conforme con modelos impuestos
Para nuestra provincia que lleva su nombre, sus organizaciones sociales y sus instituciones, este 50 aniversario se constituye en un motivo de compromiso para impulsar un trabajo dirigido a la superación de la violencia contra la mujer. Un trabajo que debe manifestarse en el fortalecimiento de las estructuras orientadas a la protección de la mujer como el Centro de Atención a la Victima, la Oficina Provincial para el Desarrollo de la Mujer, la Asociación de Víctimas de Violencia, que se caracterizan todas por ser parte de iniciativas locales, parte de una cultura emergente, parte de un esfuerzo compartido.
Conmemorar este 50 aniversario es mirar adelante, movilizar conciencias, trabajar para construir y transformar realidades.
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