viernes, 13 de junio de 2014

HAY QUE VENCER LA INDIFERENCIA


Para el desarrollo de nuestros pueblos, para la superación de la pobreza, para avanzar hacia una sociedad mas pacifica y mas justa posiblemente no necesitemos de grandes acciones, de grandes héroes, tal vez solamente necesitemos de meno indiferencia. Y a propósito de esto a  inicio del siglo pasado Antonio Gramsci, pensador y político antifascista italiano escribió lo siguiente:
Odio a los indiferentes. Creo que vivir quiere decir tomar partido. Quien verdaderamente vive, no puede dejar de ser ciudadano y partisano. La indiferencia y la abulia son parasitismo, son cobardía, no vida. Por eso odio a los indiferentes.

La indiferencia es el peso muerto de la historia. La indiferencia opera potentemente en la historia. Opera pasivamente, pero opera. Es la fatalidad; aquello con que no se puede contar. Tuerce programas, y arruina los planes mejor concebidos. Es la materia bruta desbaratadora de la inteligencia. Lo que sucede, el mal que se abate sobre todos, acontece porque la masa de los hombres abdica de su voluntad, permite la promulgación de leyes, que sólo la revuelta podrá derogar; consiente el acceso al poder de hombres, que sólo un amotinamiento conseguirá luego derrocar. La masa ignora por despreocupación; y entonces parece cosa de la fatalidad que todo y a todos atropella: al que consiente, lo mismo que al que disiente, al que sabía, lo mismo que al que no sabía, al activo, lo mismo que al indiferente. Algunos lloriquean piadosamente, otros blasfeman obscenamente, pero nadie o muy pocos se preguntan: ¿si hubiera tratado de hacer valer mi voluntad, habría pasado lo que ha pasado?
Odio a los indiferentes también por esto: porque me fastidia su lloriqueo de eternos inocentes. Pido cuentas a cada uno de ellos: cómo han acometido la tarea que la vida les ha puesto y les pone diariamente, qué han hecho, y especialmente, qué no han hecho. Y me siento en el derecho de ser inexorable y en la obligación de no derrochar mi piedad, de no compartir con ellos mis lágrimas.
Soy partidista, estoy vivo, siento ya en la conciencia de los de mi parte el pulso de la actividad de la ciudad futura que los de mi parte están construyendo. Y en ella, la cadena social no gravita sobre unos pocos; nada de cuanto en ella sucede es por acaso, ni producto de la fatalidad, sino obra inteligente de los ciudadanos. Nadie en ella está mirando desde la ventana el sacrificio y la sangría de los pocos. Vivo, soy partidista. Por eso odio a quien no toma partido, odio a los indiferentes.

11 de febrero de 1917

CONSTRUYEN BUTACAS EN LA CARCEL Y ACONDICIONAN CANCHAS

Con el apoyo de la Asociación Color y Esperanza de Italia los internos de la Cárcel Pública de Salcedo han iniciado una primera línea de producción de butacas escolares para equipar centros Educativos de Puerto Plata y de Santiago. La iniciativa ha tomado forma hace más de un año con la realización de un concurso en Italia al cual participaron profesionales de la arquitectura para el diseño del mueble escolar mas practico y económico adaptado a nuestras condiciones. En base a esta iniciativa se ha conseguido el financiamiento en Italia para la producción de los primero asientos y mesitas preescolares.

Esta actividad es parte del conjunto de iniciativas impulsadas por el Consejo de Reforma Carcelaria y Reinserción sociolaboral orientadas a la educación de los internos de la cárcel para que una vez cumplida la pena puedan reinsertarse positivamente en nuestra sociedad. Entre las iniciativas que se han venido impulsando en las áreas de servicio público podemos mencionar también la rehabilitación de decenas ed canchas deportivas en nuestra provincia realizada por los internos.